Comentario de Patricia Richard, durante la
presentación de la escritora Isabel Hernández, en la ciudad de Buenos Aires,
Centro Cultural de la Cooperación, jueves 19 de julio de 2012.
Cuando Isabel me pidió preparar unos comentarios
acerca de Antes de la Fuga, para mi
fue un gran honor. Como soy socióloga y no crítica literaria, espero que mis
comentarios sean dignos del privilegio.
Conocí a Isabel en su vida anterior, en su capacidad
de antropóloga, y me impresionó de inmediato su pasión para todo lo que hacía. Ese mundo de la investigación académica
es complicado, y muchas veces es difícil encontrar apoyo o colegas que estén
verdaderamente comprometidos con la gente con la que uno trabaja. En ese mundo,
uno también encuentra límites en cuanto a las formas de expresión. Recuerdo que en ese entonces Isabel ya estaba
experimentando con distintas formas, y soñaba con dejar ese mundo para comenzar
a escribir ficción.
Y ¡qué bueno que lo hizo! Me encantaba recibir sus primeros cuentos por e-mail. Esos
cuentos cubrían diferentes territorios, reflejando las preocupaciones de Isabel
por la historia, la justicia, las relaciones hombre-mujer, y la vida más íntima
de los seres humanos. Reflejaban también el profundo conocimiento que Isabel
desarrolló de esos territorios combinando las experiencias vividas y los estudios
académicos. Eventualmente fueron publicados en Al Mundo Nada le Importa.
Antes de la
Fuga
sigue la trayectoria de algunos de esos cuentos, explorando temas
existenciales.
Isabel es una mujer que sabe vivir. Y, como epígrafe de esta novela corta, nos da las palabras
de Chejov: “Cuanto más alegre es mi vida, más sombríos son los relatos que
escribo.” Y es por eso que en esta novela corta, se enfoca en las
ambivalencias, las pasiones y las tragedias de lo que es vivir.
Antes de la Fuga se trata de una mujer,
una escritora, Laura Sandoval, que está internada en un hospital psiquiátrico
contra su voluntad, pero se trata de mucho más que eso también: los sacrificios
que hacemos a lo largo de nuestras relaciones íntimas, el costo que pueden
tener esos sacrificios a largo plazo, las tensiones de la dependencia para
alguien que tal vez es mejor estar sola, las decepciones que traen los años.
Leamos lo que Laura dice de su esposo Andrés:
"Andrés me abraza con dulzura, sonríe, habla con sobriedad y
elegancia, pero siempre habla, explica más de lo que sugiere. Es de una
humanidad creíble, pero contradictoria, fundamentalmente contradictoria.
Ha sufrido una irreversible metamorfosis: es un metódico, un señor que
se despierta todos los días a la misma hora, se levanta, toma un café al lado
de una ventana todavía en penumbras, y lee el diario sin ninguna demostración
de interés. Una persona cuyo único afán es que su mente no le juegue la mala
pasada de escupirle la verdad delante de los ojos.
Nunca ha dejado de ser inteligente y atractivo, y a pesar de eso se ha
convertido en una especie de sobreviviente de un tren descarrilado, como la
gran mayoría de los seres de este mundo. Alguien que ya no sabe gozar porque no
se atreve a hacerlo".
La novela también
se trata de la
relación entre la depresión, la locura y la creatividad, y, sobre todo, las
consecuencias de ser depresiva, loca y creativa, particularmente cuando se
trata de una mujer.
Durante su
internación, Laura
se escapa mentalmente a las aguas del Delta donde creció. Y esas aguas terminan
siendo una suerte de personaje a lo largo de la novela. Son un escape para
Laura, y, al parecer, parte de su plan de fuga, un plan que la mantiene viva a
lo largo de la novela.
A pesar de
todas esas ambivalencias
y tragedias, este libro tiene que ver con la libertad – la libertad a través de
la escritura, a través de la locura, y, a través de un final fantástico, que no
voy a revelar, pero en el cual juega un papel realista y crucial el terremoto
que tuvo lugar en Chile en febrero de 2010.
El estilo de narrativa de Isabel Hernández es bello y evocativo, lleno
de compasión y capaz de hacer a sus lectores reflexionar acerca de temas incómodos
y tristes, pero siempre con una visión de luz y de esperanza.
Comentario de Susana Bonaldi,
durante la presentación de la escritora Isabel Hernández, en la ciudad de
Buenos Aires, Centro Cultural de la Cooperación, jueves 19 de julio de 2012.
Exilio, emigración,
dictaduras, ejército contra indígenas, conflictos individuales, son algunos de
los temas de los cuentos del libro Al mundo nada le importa de Isabel
Hernández.
El título surge de una
constatación en uno de los cuentos que podemos referir al pasado reciente, Carta
por mi cumpleaños, y se enlaza con las circunstancias y
casualidades de un individuo perdido en ese mundo indiferente, sordo y mudo. La
memoria, los recuerdos, son el medio para dialogar con un fantasma del pasado,
o establecer un diálogo entre dos fantasmas a través de la escritura; porque el
tiempo se detuvo para los que ya no están, mientras se repite para los
sobrevivientes.
Un tema es la reflexión sobre
la inutilidad de encontrar razones a lo sucedido; donde un individuo estaba
como en una burbuja, encerrado en su circunstancia, incapaz de actuar, de intervenir
para modificar el curso del tiempo histórico, ese tiempo que es otro relato,
otra memoria, desde futuro hacia el pasado.
Así se presenta la dificultad de encontrar
verdades en Carta por mi cumpleaños: “Te confieso que me he olvidado de
muchas cosas, de detalles, pero no puedo olvidarme de algunos asuntos
centrales, de esa ignorante sabiduría que terminó eligiendo el camino de la
ausencia. Morir por una idea, Manolo. ¿Hay ideas justas? ¿Hay ideas injustas?
¿Hay luchas buenas y malas, o
simplemente hay ideas y luchas, nada más? No sé si ya lo sabés, pero varios de
los Generales murieron, otros están presos, dicen, lo dicen varios de los ex
compañeros que ahora gobiernan. Cómo te reirías si los vieras “
Todo empieza con esta
cita de Borges: “La certidumbre de que todo está escrito nos anula y nos
afantasma”, y una referencia a los rechazos que causa ese escritor tan admirado
y poco leído. Borges deambula por casi todas las historias, dado que el tiempo
es un tema constante, si constante se puede juntar con tiempo; hasta en “al
mundo nada le importa yira yira”, el movimiento que se da en el tiempo y en el
espacio, nos deja sin centro.
En otro cuento también
están los que meten la pata en el exilio, por telegrama. Los exiliados que se
asombran y enojan con el otro país, atolondrados y despistados, rememorando sabores que en el propio país ni
conocían, como la “vaina calda”, o sea la bagnacauda, que se cocina con anchoas...Comentan:
“Todo, todo, hasta las
cosas más lógicas acá son ilógicas. ¿Vos viste el quilombo de las anchoas? De
pronto se acabaron las anchoas. Estos ecuatorianos son locos de remate. Tenían
las mejores anchoas del mundo, vino no sé qué boludez de la corriente de
Humboldt y se les fueron todas las anchoas a la mierda y aparecieron las
sardinas que son del sur.”
Este fenómeno natural es
la causa del malentendido y del
telegrama funesto que da el título al cuento Sardinas no, anchoas sí. El
telegrama aparece en clave… y una pobre vieja termina en cana:
“… y no va a traer nada, ni
guita, ni anchoas, ni sardinas…Díganme, ¿a qué hijo de tano se le ocurrió lo de
la bagnacauda? “
El tiempo también aparece
como un ruido en Un surubí desmemoriado: “Miró otra vez el cadáver
rodeado de los cuerpos enredados y resbalosos de tanto surubí atrapado. La
noche era clara, había mucha luna y él apenas escuchaba el ruido del tiempo,
como le llamaba su madre a ese bullir monótono e interminable de las aguas del
Paraná… El ruido del tiempo se le había ido metiendo por las venas y entonces,
recién entonces, comenzó a soltar los recuerdos y nadó aguas arriba…único e
incontrolable en su fuerza, como un surubí. Libre, desmemoriado, feliz,
nadó sin urgencia ni descanso; nadó para siempre, contra los torrentes de las
aguas de greda clara del Paraná.”
Los acontecimientos que se
vislumbran en estas citas pueden leerse, interpretarse, desde ópticas
múltiples, desde vivencias entramadas con el río y sus criaturas, sentimientos
de lo natural y lo salvaje. Pero es
la vida que fluye en el
ruido del agua, en esa repetición del tiempo en el agua que corre, esa
intemporalidad desmemoriada, lo que libera; después de soltar los recuerdos, es
posible mezclarse con la correntada, confundirse con el tiempo, vivir, morir,
nadar, transformarse en parte integrante del ruido del tiempo. Una inmersión en
la tradicional referencia griega, uniendo la música, el ruido del tiempo que
fluye, al movimiento continuo del agua que corre, y sumergirse y reaparecer en
ese medio que nunca es igual a sí mismo.
Y también este texto nos
recuerda otro texto, el desmemoriado contra el memorioso, abriendo otra vez la
disquisición sobre el tiempo. Si es por encontrar orden y colocación, digo que
otros relatos se ubican en el pasado lejano que retorna, como Copihues rojos
secos o Romance para el Tehuelche. ¡Qué títulos!
Aquí el tema predominante
es la lucha por la tierra, la ocupación militar, el desalojo, la traición entre
grupos indígenas, la confrontación
entre diferentes visiones del mundo. En medio de todo eso, un francés loco que
enamora mujeres y se declara Rey de la Araucanía, y una indígena que termina en
Francia. La historia se confunde con la ficción.
Este conflicto recurrente
reaparece en la última novela El esplendor de la derrota, el
enfrentamiento armado, las matanzas, pero con un enfoque fantástico, emocionante,
donde el tiempo y los tiempos de las protagonistas se funden y confunden como
sus historias.
Los conflictos también se
expresan en la búsqueda de una identidad, en el pasado y en el presente,
identidad colectiva, pero también individual, un sentido de pertenencia, un encontrarse
como sujeto. La ida y vuelta entre presente y pasado, la confusión de los
tiempos y de las vidas es como un movimiento envolvente que nos lleva a
compartir varios mundos.
Para terminar, algo hay
que mencionar sobre el lenguaje, también en este caso va más allá del uso de
figuras retóricas, hay lenguas y variedades de lenguas, una multiplicidad de
lenguas y culturas que no son solamente una auténtica necesidad de la
escritura, son parte de la biografía
de la autora.
En el mundo castellano
aparecen las marcas nacionales, tanto en el vocabulario como en los usos
verbales, pero no están solo para señalar el origen nacional de los personajes,
se infiltran en la lengua de la autora, las vivencias se acumulan y se mezclan
formando una lengua plurinacional y pluricultural, y en este sentido hasta el
mapudungun está incorporado a la cultura individual.
Introducción y comentario de Andrés Cuyul, durante la presentación de
la escritora Isabel Hernández, en la ciudad de Buenos Aires, Centro Cultural de
la Cooperación, jueves 19 de julio de 2012.
Isabel Hernández, nació en Rosario (Argentina). Es antropóloga y ha
dirigido numerosos proyectos de investigación socio-antropológicos en Latinoamérica.
Ha publicado libros de ciencias sociales y artículos científicos traducidos a
distintos idiomas. Su última obra científica es una co-edición de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL-Naciones Unidas) y Editorial
Pehúen de Chile titulada “Autonomía o Ciudadanía Incompleta: El pueblo Mapuche
en Chile y Argentina”, la cual le ha reportado reconocimientos y distinciones
internacionales.
Como narradora de ficción publicó en Argentina su primer volumen de
relatos, “Al mundo nada le importa” y posteriormente la novela “Antes de la
fuga” (2011, Santiago) recibiendo por ambas numerosos reconocimientos
literarios.
Hoy nos presenta sus dos publicaciones literarias y su última novela "El esplendor de la derrota", historia
contextualizada en la "Campaña del Desierto" en Argentina y
"Pacificación de la Araucanía" en Chile que da cuenta de su porfiado
compromiso por poner de relieve las historias invisibilizadas como lo son los
avances de los ejércitos argentinos y chilenos sobre el territorio ancestral
mapuche, no sin mostrarnos las vicisitudes que una historia de amor y
contradicciones que en ese contexto aflora.
Mi nombre
es Andrés Cuyul.
Conocí a
Isabel en Temuco, en el sur de Chile, cuando estaba desarrollando una de sus
investigaciones que culminaría con el último de sus trabajos antropológicos: “Autonomía
o Ciudadanía Incompleta: El pueblo Mapuche en Chile y Argentina”. Era
precisamente un momento de efervescencia del movimiento mapuche en Argentina y
Chile en el camino por reivindicar sus derechos políticos territoriales, apostábamos
a la autonomía y configurábamos esa apuesta en sendos debates, que incluyó un
aumento de relaciones entre referentes mapuche a ambos lados de la cordillera,
es decir lo que nosotros llamamos Gulumapu, del lado chileno y Puelmapu, del
lado de argentino. En ese entonces yo salía de la Universidad y estaba
colaborando en el proceso de recuperación de tierras en Collipulli, situación
que le costó la cárcel a varios hermanos, en ese momento fue que Isabel me tomó
como asistente de investigación y me acercó a su proyecto que coincidía en
parte con el proyecto político al que en ese entonces estábamos apostando:
Darle visibilidad al pueblo mapuche como una sola nación independiente de las
fronteras de los actuales estados nacionales.
Es
precisamente en esos contextos binacionales y mapuche donde se desarrolla la última
obra literaria que esta antropóloga retirada ha escrito y recientemente
publicado: “El esplendor de la derrota”. Se trata de una historia de amor en el
contexto de la “Campaña del Desierto” en Argentina y la “Pacificación de la
Araucanía” en Chile. Isabel logra nuevamente visibilizar esta porfiada realidad
mapuche de contexto binacional, pero también da cuenta de las características
del avance del ejército regular sobre el pueblo mapuche. La figura de nuestro
gran líder Juan Kallfukura, eclipsa en momentos la historia de Matilde y
Mariana dos mujeres cuyo presente y pasado se juntan en el vaivén que sólo la
estadía en territorio mapuche podía dar a luz, mediado por una machi y en un
contexto de reivindicaciones de derechos e identidades.
No sé si esta
historia que Isabel escribe en esta última obra es la historia de Matilde y
Mariana, dos mujeres que se encuentran frente al espejo de una historia en común,
o más bien (conociendo el devenir, la historia de trabajo y la defensa de las
causas justas de la propia Isabel), no es más bien el reflejo en parte de la vida
de la autora. Las historias contenidas en el esplendor de la derrota atraviesan
los caminos de Isabel, son parte de sus experiencias que, sumadas a la ficción
e historicidad romántica me cierran, me convencen de la porfía de Isabel por no
quedarse quieta respecto de sus temas de interés.
Recuerdo
que cuando Isabel presentó en las comunidades mapuche, durante el año 2002, su último
libro antropológico de la mano de CEPAL “Autonomía o ciudadanía incompleta” un
peñi, hermano mapuche, le preguntó a Jorge Katz, el marido de Isabel “¿Cuánto
demoró Isabel en escribir el libro?”… Jorge respondió con convicción inmediata “Toda
la vida”…. Sin querer ser suspicaz
pero sí siendo justo con los escenarios de esta última novela contextualizada
en el mundo mapuche, puedo decir que aquel libro que presentaste el año 2002 en
las comunidades mapuche, lo sigues escribiendo Isabel…
Muchas
gracias.
Nilo Cayuqueo. Nacido y criado en el campo de la comunidad Mapuche llamada “Tribu de Coliqueo”, en Los Toldos, Provincia de Buenos Aires. Nilo vivió en San Francisco y desde allí fundó y lideró varias organizaciones indígenas internacionales. En Argentina es fundador de varias organizaciones, entre ellas la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA) y Comisión Coordinadora Indígena entre otras. Actualmente es miembro activo de la Directiva de Abya Yala Nexus por los Derechos Indígenas en Davis. California. Precisamente en la comunidad de Nilo es donde Isabel y su equipo realizaron la investigación más destacada en el tema en este país, resultado de ello EUDEBA y la UBA editaron "La Identidad Enmascarada".
Susana Bonaldi cordobesa, “pero mezclada” dice, es de vida errante desde los quince días; múltiples localidades y ciudades de Argentina y de Italia, dos continentes, y varias culturas. Literatura, cultura y sociedad son temas de trabajo y de intereses personales. Trabajó en universidades italianas en política universitaria, socialismo y sindicalismo.
Patricia Richard se título de doctora en sociología en la Universidad de Texas en Austin en 2002. Desde entonces ha realizado labores como docente-investigadora en la Universidad de Georgia. Es autora también de numerosos artículos y capítulos en castellano e inglés acerca de las luchas sociales y políticas, derechos de las mujeres, multiculturalismo, y violencia estatal. Muchos de sus trabajos se relacionan con el pueblo mapuche. También es una docente comprometida, que goza mucho de ayudar a sus alumnos/as ver el mundo de otro modo, y pensar de una manera más crítica y anti-colonialista.