lunes, 26 de noviembre de 2012

WEICHAN, de Hector Llaitul y Jorge Arrate / Ceibo Ediciones





Weichan, conversaciones con un weychafe en la prisión política es el resultado de numerosos viajes de Jorge Arrate a la cárcel de Angol para encontrarse con Héctor Llaitul y otros mapuches encerrados en los presidios chilenos; surge de decenas de horas de conversaciones entre mundos diversos.
“Recorrí el sur, milité, hice campaña, y vi el pueblo mapuche, pero ahora entiendo que lo que vi no lo comprendí”. Esa fue la forma en que se presentó don Jorge Arrate. Nos dijo que “ver no es suficiente para entender”. Creo que este libro no va a resolver inmediatamente esta cuestión, pero es un puntapié inicial. Los medios de comunicación no nos dan tribuna, porque están al servicio del poder que enfrentamos. Pensamos que hacer este libro nos permitirá tener un espacio para decir algunas cosas en relación a nuestra situación, a nuestras esperanzas, a los trasfondos de nuestra lucha. No soy un terrorista, como dice el Estado chileno; no soy la representación del terrorista étnico que buscan, soy un dirigente mapuche, parte de un pueblo. Esperamos que la gente que tome en sus manos este libro no lo haga intentando “comprender”, sino que le sirva para reflexionar, para debatir.
Héctor Llaitul Carrillanca
(Cárcel de Angol)


No soy historiador, ni antropólogo, ni sociólogo, ni jurista especializado en derechos humanos. Carezco de una condición académica que respalde una tesis sobre la materia. Desde mi personal punto de vista, estas páginas aspiran a ser, sin un falso afán de modestia, un aporte para dar más visibilidad a la causa mapuche que, sistemáticamente, se oculta o se deforma. La voz principal que emerge de estas páginas, en primera persona, es la del dirigente mapuche que más veces ha estado encarcelado, que ha sido condenado a la más alta pena aplicada hasta ahora por la justicia chilena a un luchador por los derechos de su pueblo y que ha sumado cerca de ocho meses de huelga de hambre efectiva en cuarenta y tres años de vida.
Jorge Arrate