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Porque las palabras nos importan y estamos conscientes de su valor, y porque conocemos el proceso que implica producirlas, nos hacemos parte de ese proceso publicando libros que cuentan con el nivel y la contundencia necesarios para ver la luz y salir a recorrer el mundo. Cada libro tiene sus lectores, y es inadmisible que no corran a su encuentro y se queden rezagados por falta de gestión. Por eso, ponemos todo nuestro esfuerzo en abrirles los mejores espacios de circulación.

domingo, 8 de junio de 2014

Letradura de la Rara de Virginia Vidal por José Promis


Publicado por Eugenia Prado Bassi en 6:22 No hay comentarios:
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  • Lanzan libro sobre las mujeres democráticas en la dictadura / cooperativa.cl
  • Platas de la CIA financiaban al PDC. Punto Final.
  • Weichan: Héctor Llaitul entre el Ser y el Acontecimiento y la Ética de la Liberación por Cherie Zalaquett
  • Weichan: Héctor Llaitul entre el Ser y el Acontecimiento y la Ética de la Liberación por Cherie Zalaquett
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  • Llaitul, Arrate y la ética de la liberación. Por: Cherie Zalaquett
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  • Secreto y vulnerabilidad en “El cofre” de Eugenia Prado Bassi en Disidencia Sexual la revista digital de la CUDS,
  • Décadas de hambre / “El cofre” de Eugenia Prado por Diamela Eltit
  • El negocio de la CNI y empresarios tras los muertos de Simón Bolívar. Clinic on line.
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  • Entrevista a Javier Rebolledo autor de La danza de los cuervos Radio Tierra
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  • Las razones por las que Jorgelino Vergara no fue procesado. Entrevista a Jorgelino Vergara CNN Chile
  • ‘El Mocito’ de Manuel Contreras: “Ricardo Claro era un millonario que financiaba a la DINA” El Mostrador
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  • Anuncian libro en que ex agente CNI asegura que hubo fraude en plebiscito de 1980. La Segunda.
  • Ex agente de la CNI revela fraude en plebiscito constitucional de 1980. El Mercurio.
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  • Libro relata torturas y horrores dictadura chilena. ANSA
  • "Entre el cuartel Simón Bolívar y Villa Grimaldi hubo un circuito de 'empaquetados', como llamaban a los detenidos desaparecidos". Rebelión.org
  • Libro devela las irregularidades del plebiscito de 1980 y las violaciones a los DD.HH. CNN.
  • Autor de "La danza de los cuervos" comentó macabros crímenes de la DINA Radio Cooperativa.
  • Javier Rebolledo, autor de “La danza de los cuervos”: Entre el Cuartel Simón Bolívar y Villa Grimaldi hubo un circuito de “empaquetados”, como llamaban a los detenidos desaparecidos
  • Libro “La danza de los cuervos” revela la historia del Cuartel Simón Bolívar de la DINA. Radio Universidad de Chile.
  • La danza de los cuervos de Javier Rebolledo. Los pasajes más duros de la oscura historia de la DINA. El Mostrador.
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Eugenia Prado Bassi
Es diseñadora gráfica de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es escritora, co-fundadora, de Ceibo Ediciones junto a Dauno Tótoro, trabaja como editora, diseñadora y autora de la editorial. 1987 se titula con ‘La prisionera del bosque’, cuento infantil ilustrado que incorpora ilustraciones, pliegues y troqueles para incentivar la lectura en niños y niñas, ese mismo año publica El cofre, Caja Negra. 1996. Cierta femenina oscuridad. Editorial Cuarto Propio. 1998. Lóbulo. Editorial Cuarto Propio. 2000. El Cofre. 2 ed. Surada. 2004. Hembros: asedios a lo post humano, novela instalación. 2006. Desórdenes Mentales, obra de teatro. 2007. Objetos del silencio, secretos de infancia, Emooby Portugal. 2011. Dices miedo, novela visual. Ceibo Ediciones. 2012. El Cofre 3 Ed. Ceibo Ediciones. 2014. BluViví y Gusaringo viajan en la marcianave. Cuento ilustrado. Ceibo Ediciones. 2015. Beca del Consejo del Libro CNCA / Novela Asedios. 2015. Objetos del silencio, secretos de infancia, en versión, corregida y aumentada. 2017. Advertencias de uso para una máquina de coser. Editorial Carnicera.
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Los tiempos de la caimaguana de Dauno Tótoro Taulis

Los tiempos de la caimaguana de Dauno Tótoro Taulis
por José Promis emol

Iron Horses The Forging of Olde and New Paths Por Dauno Tótoro

En este absurdo mundo en que imperan la vigilancia y el castigo, se condena al culpable o a quien no pueda demostrar su inocencia al encierro en una celda. Con parámetros y medidas de difícil comprensión, las penas se dosifican en tiempos de condena, de acuerdo con la falta cometida o supuesta. Cuando el ofensor insiste en su terca intención de desacato, se le traslada a una celda de castigo o aislamiento. La diferencia entre un habitáculo y el otro radica en la existencia o ausencia de ventanas, ranuras o rendijas. Al enfermo mental considerado peligroso se le enclaustra en una habitación acolchada, sin ventanas. En ambos casos, el encono de la regulación social transita desde “prohibir el libre desplazamiento” a “obstaculizar el viaje”. La luz del amanecer, el sonido distante de la ciudad, los aromas y olores, todo aquello que se cuele por el ventanuco, por diminuto que éste sea, se transforma en poderosa nave para quien se encuentre engrillado, encadenado, sujeto por una camisa de fuerza. Pero aún así, todo esfuerzo deshumanizante fracasará. La naturaleza humana radica en la capacidad de viajar en cuerpo o en alma, en centímetros o en distancias siderales. El viajante es el héroe. Pero el viaje, para serlo, debe ser percibido.

Hace no mucho tiempo, tuve la oportunidad de visitar un submarino. Era este un artilugio inquietante que, con su rigidez y capacidades, me sugería la imagen de una ballena muerta… de no ser por las pequeñas ventanas esféricas que se alineaban a sus costados. ¿Por qué tienen ventanas algunos submarinos? No resulta lógico: es inverosímil, considerando las presiones a las que debe someterse su estructura a centenares de metros de profundidad bajo el agua y tomando en cuenta que a poco de su inmersión la obscuridad marina se vuelve absoluta. Lo mismo ocurre con las naves espaciales. Tienen ventanas. Lo que representa un absurdo si se considera el riesgo que éstas constituyen cuando se calcula la fricción a la que debe someterse la cápsula durante su reintegro a la atmósfera terrestre. Pero es que, sin ventanas que constaten el recorrido, no existe el viaje. Ni el héroe.

Las líneas férreas que se enmarañan en ramales desde los puertos mexicanos del sureste y los del Golfo, desde Tapachula, Cotzacoalcos y Veracruz, encaminan sus cargas en vagones cerrados hasta la frontera del norte, a Matamoros, Ciudad Juárez o Mexicali. En sus contenedores ciegos viaja el grano y la mercancía inerte. Los viajantes humanos clandestinos que se arriesgan en su heroico viaje –cuyo destino las más de las veces no es otro que el de la muerte- lo hacen desde Honduras, Guatemala y El Salvador, y prefieren hacer el recorrido ilegal sobre el techo de los vagones sin ventanas, expuestos a caídas o a las garras iracundas de Las Maras, Los Zetas y otros carroñeros. La ruta principal de estos viajeros se hace a bordo de un tren conocido como La Bestia.

La vida es, en definitiva, un viaje permanente, un tránsito sin respiros entre distintos mundos, una búsqueda de aquellas ventanas o umbrales que los comuniquen.

Al materializar la idea del viaje en abstracto, podemos encontrarnos ante la imagen del tren, como esta noche lo hacemos gracias a la heroína de este recorrido, Victoria Schele. Y son estos caballos de hierro, precisamente, la síntesis perfecta de la suma de conceptos tan antagónicos como la libertad y el camino pretrazado; el libre albedrío y el destino manifiesto. El tren nos remite a los conceptos y contenidos más puros, más literarios, más cinematográficos.

El misterio de una estación de trenes abandonada, envuelta en neblina nocturna y el aleteo de las palomas que rompe el silencio;

El romanticismo de una mesa en el coche comedor;

La barbarie de un tren que tiene como destino final Auschwitz; un tren que escupe balas derribando búfalos en Nebraska; un tren cargado de troncos de caoba aserrada en la India; un tren perforando las entrañas de los Urales antes de lanzarse infinitamente por las estepas siberianas;

La tragedia del adiós en un andén;

La esperanza señalada en el tablero de llegadas y el desconcierto inscrito en el tablero de salidas;

El carbonero que alimenta la caldera; el caballo de hierro que avanza a toda máquina; la locomotora que es fuerza pura; el vagón de cola en que se queman los últimos cigarrillos; el durmiente que soporta los rieles; los rieles que son la ruta del destino; el destino y su fragilidad de descarrilamiento;

El traqueteo que invita al sueño.

Un país sin trenes, un territorio asfaltado, es pobre y precario. Los asesinos de trenes, como los carceleros o los custodios de orates, creen haber triunfado cancelando recorridos, ramales, estaciones; enmoheciendo vagones inútiles en sitios invisibles; oxidando locomotoras en museos que son prisiones; aserrando rieles para atarlos a cadáveres que serán lanzados al mar; desclavando durmientes para embellecer sus balcones. Pero se equivocan, pues el viaje es la esencia de lo humano.

Y el tren como nave de la utopía, que avanza sobre dos líneas exactamente paralelas, que no habrán de cruzarse en momento alguno, pero que a la distancia, en el horizonte, nos parecen confluir en un punto al que llamamos destino.

Tema Sencillo. Imágenes del tema: gaffera. Con la tecnología de Blogger.