Colección Sociedad
I.S.B.N.: 978-956-9071-37-9
Páginas: 182
Desde los siglos XVIII en Europa y XIX en
Latinoamérica, incluyendo a Chile, la medicina comenzó a ejercer una acción que
operó más allá de los límites clásicos definidos por la enfermedad y por la
asistencia al enfermo, logrando instalarse progresivamente en todos los campos
de la existencia individual y colectiva de la sociedad. La relación de los
ciudadanos con sus cuerpos quedó mediada por la higiene y el Estado pasó a
ser el garante de esta nueva moral en que la higiene estaba íntimamente ligada
a la aparición de la población como problema económico. A la medicina se le exigía
que proporcionase a la sociedad individuos capaces de trabajar.
El desarrollo de un mercado internacional de
materias primas y alimentos, además del surgimiento de un incipiente capitalismo
industrial, obligaron a los Estados de la región a centrarse en la ocupación de
los grandes contingentes de masas productivas. Este fue el contexto propicio
para el desarrollo una medicina
científica preocupada por la reproducción y potencialización
de la fuerza de trabajo, de ahí la relevancia que tuvo la llegada de un “cuerpo
médico experto”, preparado en el saber científico y en las prácticas modernas
de administración que se impartían en Europa.
Desde entonces, la sociedad en su conjunto empezaría
a ser materia médica. El cuerpo como máquina.
Nicolás Fuster Sánchez (Santiago, 1976) es Doctor en Ciencias Sociales y de la Comunicación
por la Universidad de Deusto, Magíster en Comunicación Política por la
Universidad de Chile y Profesor de Castellano por la Universidad Metropolitana
de Ciencias de la Educación. Actualmente se desempeña como profesor de
Literatura y de Historia del Derecho y participa como miembro de la Línea
Cuerpo, Salud y Política del Núcleo de Investigación Sociología del Cuerpo y
las Emociones del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile. Ha
investigado y escrito en el ámbito de la filosofía política y de la historia.
Es autor de una serie de artículos sobre los procesos de medicalización de la
sociedad chilena y su imbricación con las narrativas históricas y las políticas
identitarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario