Colección Memorias y Crónicas
ISBN: 978-956-9071-42-3
Páginas: 232
La mañana del martes 11 de septiembre de 1973,
las calles de Valparaíso amanecieron copadas por las Fuerzas Armadas. Aquella
mañana, otoñal aún, los militares, la Derecha, la Democracia Cristiana y el
imperialismo norteamericano, intentaron acabar de golpe con un Chile y un
Valparaíso que se construían con la participación activa y desde los sueños de
muchos.
La violencia del golpe estremeció a Valparaíso,
fue más que un temblor, de ésos que en medio de la noche te despiertan
desconcertado, tratando de distinguir entre sueños y realidad. Fue artero el
golpe, un golpe bajo, un golpe cobarde por la espalda. La ciudad cambió,
adquiriendo un tenebroso color azul marino, pero la resistencia comenzó desde
el inicio, salvando vidas, escondiendo gente, protegiéndose. Así surgieron los
diferentes comités de Derechos Humanos y las incipientes organizaciones de
familiares de detenidos y ejecutados. Asimismo, la solidaridad en las
poblaciones, en los barrios, en los cerros y en el plan. En medio de la
represión, emergió la nobleza porteña, aunque también la vileza de muchos que
denunciaron a sus vecinos, a sus parientes, a sus amigos. Era la guerra
inventada. Guerra que, de alguna manera, en nuestra ciudad sigue de manifiesto
y que sus ciudadanos enfrentan cada día, muchas veces sin saberlo, la violencia
de la cual fue objeto. El expolio del hermoso edificio de la Intendencia por
parte de la Armada, el cual nunca fue devuelto; los centros de tortura que aún
vigilan amenazantes desde el cerro Playa Ancha la bahía de Valparaíso; las familias
separadas por el exilio, los torturadores y asesinos que aún caminan por las
calles del Puerto en la más completa impunidad. A ello hay que adicionar la
conformación de una ciudad que ha visto
cómo se ha impuesto un modelo de desarrollo privatizador que la está
destruyendo.
Valparaíso es hermoso y encanta con sus
escaleras, colores y adoquines; sin embargo, la vida a todo ello se la
entregamos nosotros, los porteños, quienes transitamos por sus callejuelas,
morimos en sus cerros, compramos en sus kioscos y nos perdemos entre sus
pasajes para amar a escondidas. Por eso, el golpe en Valparaíso y a Valparaíso
fue cruel y aún no termina, porque parecen consumirlo el mercado y el
centralismo. Pero la memoria histórica y la fuerza de los movimientos sociales forjarán un taller de reparación de sueños trizados,
donde porteños y porteñas podamos acariciar dichos sueños, jaspearlos de
arcoíris y echarlos a volar nuevamente hacia el horizonte oceánico.
Tito Tricot es porteño, sociólogo (Trinity College, the University
of Dublin, Irlanda); Doctor en Sociología (Universidad Alberto Hurtado, Chile);
Magíster en Gobierno y Política Latinoamericana (University of Essex,
Inglaterra). Es jefe de la carrera de sociología de la Universidad Viña del
Mar, docente de la Universidad Alberto Hurtado y ha enseñado también en la
Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha publicado los libros: La lucha del pueblo mapuche (2006) y, Autonomía: el movimiento mapuche de resistencia (2013).
Además, ha escrito centenares de artículos, tanto académicos como periodísticos
a nivel nacional e internacional.
Tokichen Tricot es
periodista (Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Chile). Ciudad desde donde
partió para proseguir sus estudios de postgrado en España. Es Doctor en
Procesos Políticos Contemporáneos (Universidad de Salamanca, España) y,
además, Magister en Estudios Latinoamericanos (Universidad de Salamanca,
España). Actualmente se desempeña como Director del programa para extranjeros:
Chile: Political Systems and Economic Development, al tiempo que realiza
labores de docencia en la Universidad de Santiago de Chile. Es autor de varios
artículos en revistas académicas y libros, especialmente en el ámbito de las
Teorías de los Movimientos Sociales y análisis del movimiento mapuche, tanto a
nivel nacional como internacional.
Llegué por accidente a este blog y lo primero que me llama la atención del autor del párrafo, es su desconocimiento de lo que era el Valparaíso REAL hasta los años 70. Me da la idea de que aún no había nacido o era muy niño. Ya que la visión de ciudad que presenta es una típica postal. La UP en Valpo. fue elegida por un 22 % ya que a deferencia de hoy, todavía existía una fuerte clase media y se mantenían los barrios de inmigrantes; el resto de los electores eran de derecha y de centro. Otra cosa que el Sr. Tricot no debe saber, es que: muchísima gente embanderó sus casas de forma espontánea; así como aplaudía a los vehículos con militares a su paso por las avenidas de TODOS los cerros ese día 11. Además, los enfrentamientos que hubo en la ciudad fueron mínimos. Por otra parte y - a modo de ejemplo - de todas las personas de la Universidad Santa María (estudiantes y funcionarios) que llevaron a interrogar a Playa Ancha, volvieron todos menos dos o tres, así que difícilmente se puede hablar de "una gran resistencia" de sus ciudadanos. Ciudadanos que -como dije- en sus mayoría aprobaron el golpe de estado.
ResponderEliminarMe da la idea que el autor tiene un profundo resentimiento, tanto político como social, ya que su escrito más que ilustrar a los que no vivieron el periodo, quedan con esa visión sesgada de los hechos que, más que aportar, leen un panfleto político e ideológico marcado por la rabia personal.
Lamentable, por cuanto el autor ostenta grados académicos que deberían ser reflejo más acorde a una visión superior. Aunque se ve que no maneja bien los recursos históricos disparando quizás desde su vivencia personal.
Finalmente, cabe decir que NO pertenezco a instituciones militares ni menos ser parte de clase social "alta"; mis orígenes son modestos; nacido y criado en un cerro; de padres de esfuerzo; educado a fuerza del rigor de Escuela y Liceo públicos y mucha autodiciplina. Es decir, soy un porteño típico hecho a sí mismo. Amante de su historia (la real) y de sus instituciones señeras; de sus leyendas y mitos; de su gente y su diversidad.